Espigas de plata
1999
ESPIGAS DE PLATA (Poemario) (1999), de estilo elegante y armónico, incide en ambientes y paisajes subjetivos de una pureza estética y expresionista, que identifica y describe el sentir del hombre frente a la realidad natural que nos rodea.
(pág. 14)
CANTIZAL ONCE
¡Ay!, lirios, lirios...
lirios de viento y de aurora
hundidos al costado de la esperanza,
para nacer al otro lado
de la ribera del alba
y correr por mis venas
esencia vital del alma.
¡Ay!, he dormido en el borde
en el borde de la confianza,
para percibir la sabia de planta
y decirte a la distancia,
que ese lirio ha nacido
ha nacido de espaldas,
como la risa al revés
dando saltos de amanecer,
cuales voces rebotadas
en las entrañas del rocío,
de blanca perspectiva adentrada
se fermenta en recodos del río,
cual manojo de luz dispersada
sobre el tejado de tu casa
y partida como manzana,
tirada al fondo de la hoyada
como quién huye de la esperanza.
La marquesina del destino
forma el dintel de la puerta,
como el alba que se ahoga
prendido al inicio del cielo,
en donde caída llora el día
a medias con el infierno.
Ruge la noche desesperada
como una pera desbocada
a un costado de la playa,
y en sus orillas centellean
las ilusiones que se estrellan,
aglutinadas de gotas pintadas
se entierran amarillas y rojas,
embestidas por la alborada
casi todas teñidas de rosa,
van sustrayendo las horas
las horas del tiempo violeta
por el paraje rural de toronjas.
Se ha embarazado la alegría
de una claridad derramada,
y entre tejidos rayos del día
la suave dulzura de su rama
esparcidos a la distancia esperan,
retrocedido en la hermosura
tiernamente regados gimen
colgados de la parra duermen,
para beber lo poco exprimido
en algún lugar retrasado de vida,
despuntando profundo pasado
como quien cura abierta herida
a orillas del otoño van quedando.
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